Para ser Renovada nececitas un corazón sanado!

Para ser mujeres renovadas, transformadas y restauradas necesitamos que nuestro corazón lo sea primero. La condición del corazón es definitiva en todos los aspectos de nuestra vida para poder experimentar la plenitud de la unción del Espíritu Santo y asi comprender los planes abundantes que Dios, nuestro Padre tiene con cada una de nosotras. Cuando mi (tu) corazón está adolorido, se abaten el espíritu, la mente, las emociones y hasta el cuerpo (enfermedades sicosomáticas) dejandonos cansadas, sin fuerzas, sin esperanza y lo que es peor, maltratadas para volver volver a retormar las fuerzas y el camino en el que estabamos. Por el contrario, un corazón alegre embellece el rostro, demuestra fuerza, impetu, se remonta por encima de lso vientos de adversidad, nos lleva a vivir a la altura de hijas de Rey, nos invita a abrir la puerta cada día al dador de la vida. Como mujeres entonces es nuestro llamado diario a renovar el corazón, a restaurar la comunión y a experimentar el fuego abrazador del Espiritu Santo.



A continuación estudiaremos algunas caracteristicas del corazón mudado, sanado y renovado:


UN CORAZÓN LIMPIO (MUDADO), NOS PERMITE VER A DIOS. Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”

Es un corazón puro, sin mezclas, sin contaminación, entero y en una sola dirección. Tener un corazón limpio depende de nuestra decisión y es un acto de fe, pues lo que contamina es lo que sale de él.


EL CORAZÓN MUDADO AMA A DIOS EN PRIMER LUGAR. Mateo 22:37-38 “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.”

Dios debe ser amado en primer lugar, no anteponiendo otra cosa o persona, ni con un corazón dividido. Todo en nosotros le pertenece a Dios; por eso no podemos tener corazón para otro tesoro que no sea Él.


EL CORAZÓN MUDADO SIRVE A DIOS. Romanos 1:9 “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,”

Servir en el espíritu es servir de todo corazón, íntegra y sinceramente. De ahí la necesidad de que el corazón viejo sea mudado por el nuevo.


EL CORAZÓN PURO (MUDADO) AMA COMO DIOS LO DEMANDA. 1 Pedro 1:22 “Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón[Amar de corazón puro es amar profunda e intensamente. Esto signifi...


EL CORAZÓN MUDADO HACE QUE LA PALABRA DE DIOS PRODUZCA FRUTO. Romanos 10:8-19 “11 Y si el Espíritu de aquel que *levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. 12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.13 Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡*Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. 18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.”

A la enseñanza recibida debemos responder con todo nuestro corazón. No basta abrir la mente; es necesario abrir el corazón para que la Palabra de Dios produzca fruto.


EL CORAZÓN MUDADO RECIBE EL TRATO DE DIOS. Salmo 34:18 “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.”

Algo que no se ha quebrantado impide que haya libertad y requiere ser roto o forzado. En ese sentido, nuestro corazón puede ser un impedimento para recibir la libertad que Dios nos quiere dar; por esto es necesario que Dios trate nuestro corazón.

Aplicación a tu propia vida:

Todo aquel que ha recibido a Cristo en su corazón y anhela ver la gloria de Dios en su vida, tiene que dejar que su corazón sea mudado en otro. El viejo hombre está viciado y no puede disfrutar de la paternidad de Dios.

fuente; mujercristianahoy