Haití ~ Diciembre 2019

Dios te bendiga amada que me lees! 

Hoy te comparto un poco de mis experiencias en este ultimo viaje Misionero a la República de Haití. Cada viaje es diferente y con experiencias diferentes. Este a sido uno que marcó mi vida, a pesar que anteriormente ya había visitado este lugar al noreste de Haití, específicamente en una montaña llamada Laré, donde se encuentra alrededor de cinco años la misionera de Mexico la hermana Mauelita.

Dios nos dio la oportunidad de estar alrededor de Ocho días, donde nos permitió predicar, compartir escuela bíblica con los niños, evangelizar por medio de literatura (los niños nos seguían para que les diéramos, fue una experiencia bien bonita)y visitar las familias de la iglesia, compartir con ellos por la gracia del Señor unas fundas con alimento y al mismo tiempo orar por ellos, fueron alrededor de 60 familias,caminamos y caminamos un lugar donde lo que hay es barro, carreteras completas en barro porque no hay asfalto. 

Ver como nos recibían con tan grande alegría por recibir esta pequeña funda de alimentos, pues allí es mucha la pobreza y apenas les alcanza para comer una comida al día, creanme yo soy pobre pero al lado de ellos yo me sentía millonaria. Pero aun en su pobreza se puede percibir como aman a Dios le sirven y sentir que la bendición de Dios esta sobre ellos.

Visitarles y ver que aunque ellos no tienen quieren compartir contigo y darte de lo poquito que puedan tener creanme muy poco, como cuando llegamos  aun hogar y al ratito de estar ahí una de las niñas entró al lugar donde ponen el fogón con leña porque eso de estufa y gas no existe allí, menos energía eléctrica, y decir que no nos fuéramos que ella quería darme algo a mi, cuando llegan y me dan un envase y dentro un plato con arroz, no era mi estilo ni a mi gusto pero lo comí con mi esposo tampoco sabía malo...cuando yo salí de allí lo hice con un sentimiento dentro de mi corazón, ver que amadas no tienen prácticamente nada y darte  algo...mis ojos se llenaron de lagrimas, jamas olvidare esta experiencia y el gesto de amor  y compartir conmigo de esta niña.

Otras de las experiencias que me hizo llorar y quedó grabada en mi corazón y mente fue ver como una hermana que había recibido su funda de alimento antes que nosotros llegáramos a su hogar, como ella salió con tan gran gozo a recibirnos, cuando ore por ella no podía aguantar ya las ganas de llorar, para cualquiera de nosotras quizás eso fuese una simple funda con un poco de alimento pero para ella eso era tan grande y estaba tan agradecida yo lo podía ver reflejado en su rostro, de verdad que conmovió las fibras de mi corazón. Al igual que ver una niña de uno de los comedores de los sábados donde se les da la escuela bíblica y luego Cornflakes con leche, recibir una falda y un a blusa y salir tan y tan contenta como si hubiera recibido el regalo más grande de su vida esa escena quedó grabada en mi mente. Hay mucha necesidad y pobreza en este lugar ,en muchos lugares de Haití la hay pero aquí mas que en otros.

En medio de estas visitas vidas recibieron al Señor, otros lamentablemente por sus tradiciones y cultura que están tan arraigadas no quisieron.

Pido las oraciones por este lugar en medio de su pobreza vemos como Dios a ido bendiciéndoles y se que seguirá haciéndolo, también oren por la misionera Manuelita quien a sido el instrumento que Dios a usado para llevar el evangelio a este lugar y ser de bendición en muchas áreas con la ayuda de su iglesia y hermanos que apoyan su ministerio.

Mis amadas ame las misiones , coopere y ayude a las misiones, pida al Señor encienda en su corazón la llama y amor por las misiones, ore por los misioneros.

Doy la Gloria al Señor y gracias por permitirme ir en este viaje misionero por bendecir la vida de mi esposo y usarle para su Gloria como canal de bendición para llegar a estos lugares, agradezco de corazón sus oraciones por nosotros, por favor no deje de seguir orando.

En mi canal de YouTube pude encontrar un corto video con alguna fotos del viaje.

Dios te bendiga

Con amor tu hermana y amiga Blankita