Superando la Adversidad

“Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.”

Si vamos a hablar de Adversidad, tenemos que hablar de José, despreciado por sus hermanos, el cual lo metieron a un pozo y luego lo vendieron. Lo llevaron a la casa de Potifar, y allí también la esposa de este hombre le tendió una trampa y fue a parar en la prisión. El panorama no era bueno para Jose, sin embargo hay un detalle que me llama la atención en todo esto y es que a pesar de todas las situaciones tristes que le ocurrieron a José, las personas podían ver algo diferente en el.

 Es que la mano de Jehová estaba con él. A pesar de sus circunstancias, eso no determinó su futuro, eso no lo desanimó, no hizo que fuera como los que le habían hecho daño, sino que con la ayuda de Dios puso todo su empeño por progresar y hacer lo correcto. El no cambio para mal, el mejoró, se convirtió en una persona temerosa de Dios y Dios lo puso en alto, en Egipto. 

Al cabo de un tiempo en el cual había hambre en la ciudad de sus hermanos, ellos fueron a Egipto por alimentos. Dios permitió que José se encontrara con sus hermanos y el pudo demostrarles que con la ayuda de Dios pudo superar la adversidad que vivió provocada por ellos mismo, pero lo más hermoso es que pudo perdonarlos y ayudarles, de la manera que el fue ayudado por Dios. 

“Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.”

Muchas veces la adversidad y los momentos difíciles tocarán a tu puerta, pero nos resta seguir adelante, agarrados de la mano poderosa de Dios para que podamos superarla y dar de fe que Dios es poderoso para restaurarnos cualquiera sea la situación por la que pasemos. 

Dejemos a Dios que trabaje en nuestra vida, que podamos perdonar, olvidar, no pagar mal por mal sino que seamos mejores cristianos cada día, 

Dios te bendiga!

Escrito por Sylvia Rivera para