De cerca


Lucas 22:54 
Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. 

Meditemos en esto: 

Todas conocemos la historia de la vida de nuestro Señor. Durante cada lectura y mientras nos paseamos por los evangelios, hemos podido caminar con él mientras se dirigía a ciudades, provincias y desiertos. Disfrutamos cada Palabra dicha a aquellas multitudes en necesidad y nuestro corazón se lleno de gozo al ver cada milagro, prodigio y al escuchar esas palabras de perdón y salvación.

Presencialmente no estuvimos ahí, pero mientras nos exponiamos a su Palabra y a cada acontecimiento leído podíamos sentir cada Palabra y transportarnos en cada escena leída.

Y esto me lleva a analizar ese momento cuando Pedro despúes de que el Maestro fuera entregado le seguía de lejos. Si vemos el verso 33, podríamos pararnos frente a Pedro y decirle: ¡Tal parece que eso no fue lo que le dijiste al Maestro antes de que fuera entregado!, ¿Acaso no estabas dispuesto aún a morir con él?

Al analizar este confrontamiento hacia la vida de Pedro en ese momento donde estaba por negar al Maestro podríamos ver nuestra realidad como creyentes y mirar más allá de lo que le sucedió a Pedro y vernos reflejadas en él. Seguidoras del Maestro, viendo y experimentando milagros, sintiendo su compañía en todo momento, ¿pero que nos paso que le estamos siguiendo de lejos?

Así como les hablaba en la reflexión: "Junto al camino", Dios no nos quiere siguiendole de lejos, ni junto al camino. El deseo de Dios es que estemos cerca y en el camino.
La lejanía nos lleva a dejar de escuchar su voz con claridad y por ende a extraviarnos.

Todas tenemos el deseo de estar cerca del Señor, sintiendo su presencia en todo momento y experimentando como su mano obra en nuestra vida cuando se lo pedimos, pero, ¿que sucede cuando él guarda silencio, o nos deja en espera? ¿Le seguimos con el mismo entusiasmo, o nos mantenemos siguiendole de lejos, sin compromiso y sin el deseo de padecer por su causa?

No podemos olvidar que Pedro le seguía de lejos y luego le nego, no podemos ignorar que Pedro decidio seguirlo de lejos y se comporto como los que no conocían a Jesús. 

Esto nos lleva a reflexionar que el estar sirviendo a Dios de lejito, sin ningún compromiso y sin la intención de serle fiel en todo, nos llevará a negarle y hacer como los demás, hoy una cosa y mañana otra. Inestables, de doble ánimo y conformes. Así como lo dice en su Palabra en Santigo 1:8, "El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos."

Estoy segura que el deseo de Dios es que aún en medio de las circunstancias más duras y difíciles estemos cerca de su presencia, resistiendo los vientos contrarios esperando con paciencia lo prometido.

Vernos en Pedro tambien nos debe llevar a reconocer lo importante que es arrepentirnos de tal vez nuestro estilo de vida o de nuestra poca relación con nuestro Dios.

Así que mis amadas hermanas, que nuestro corazón se mantenga cerca de su presencia. Que estemos dispuetas a padecer por la causa de Cristo, porque sabemos que al final obtendremos la recompensa. 

Camina de su mano, aunque los golpes sean duros, camina de su lado aunque si las calumnias son fuertes, camina de su lado aunque los demás no entiendan. Porque caminando de su lado y no de lejos, sentiremos su respaldo, su abrazo y su compañía. 

Dios te Bendiga!!
Escrito ✍️ Por Vaneliz Vales para
Mujeres a los pies de Jesús ©️

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9 comentarios:

♥ Dios te Bendiga, gracias por leer mi entrada,espero te haya gustado y estaré muy agradecida si compartes tu comentario conmigo, un abrazo en el amor de Jesús ♥