Quita la Piedra, y Verás Su Gloria!
"Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?" -Juan 11:40
Las mujeres enfrentamos muchos retos y desafíos en cualquier trabajo que estemos desempeñando. Para alcanzar todas nuestras metas, necesitamos fe, fe en Dios; porque en cada paso que demos podemos encontrar luchas, oposiciones, y contradicciones.
La Biblia nos dice en Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Por tanto, fe es creer que lo que le estemos pidiendo a Dios lo tenemos aunque no lo veamos, porque ya Él nos oyó. Fe es seguridad que Dios está en control aunque nuestras circunstancias nos digan lo contrario. Fe, es tener confianza que Dios no nos va a fallar. 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
Sin embargo, aunque tenemos muchas y muy poderosas promesas de Dios, en nuestro caminar tropezamos con muchos obstáculos que nos hacen desanimar, entristecer, paralizarnos, cansarnos y caernos. Situaciones difíciles que llegan a nuestra vida inesperadamente. Adversidades que nos sorprenden, nos desorientan y son tropiezo para nuestra fe.
En el evangelio de Juan encontramos la historia de Marta, una mujer como nosotras que tropezó con una gran piedra. La Biblia nos dice que el hermano de Marta, Lázaro, había enfermado y estaba muy mal. Ante esta situación difícil ella mandó avisarle a Jesús para que viniera a sanar a su hermano. Pero el Señor no acudió inmediatamente al pedido de Marta, por lo que Lázaro murió.
¿Cuántas veces nosotros en medio de situaciones difíciles clamamos a Dios, y cuando no vemos una respuesta inmediata, enseguida vemos muertas las esperanzas de ver la salida a nuestra situación? La fe, es la sustancia que nos sostiene en momentos de oscuridad cuando no vemos la solución a nuestros problemas. La fe es la garantía para esperar el milagro aunque no parezca que Dios está actuando.
Jesús se demoró deliberadamente porque tenía un propósito. Su aparente retraso traería un milagro mayor que una sanidad, Él iba a demostrar su gloria, su poder, su Deidad resucitando a Lázaro.
Quizás usted esté pensando que su oración no ha sido escuchada, o peor aún, que el Señor se ha olvidado de usted; pero su aparente demora traerá a su vida un milagro mayor, lo único que tienes que hacer es creer, creer y creer, y no cansarte de esperar.
Jesús vino, y pidió ir a la tumba donde habían puesto a Lázaro. Cuando mandó que removieran la piedra para realizar el milagro, Marta tropezó con la piedra. Ella miró lo imposible en el mundo natural, ella miró las circunstancias, ella tropezó con la piedra de la incredulidad, ella dijo: “Señor, hiede ya porque es de cuatro días.”
¿Con que ojos estás mirando tu problema? ¿Estás tropezando con la piedra de la incredulidad, por lo difícil de tu situación? ¿A dónde están puestos tus ojos, en Cristo, en su Poder o en tus circunstancias?
Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Querida hermana, que estas palabras que nuestro Señor le dijo a Marta hace dos mil años atrás en medio de su circunstancia, estén presentes en tu vida, en tu necesidad, en tu circunstancia hoy. ¡Quita la piedra de la incredulidad! y podrás ver su gloria. ¡Amén!
autora; Damaris Yrion
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