La Iglesia de Cristo frente al COVID 19

Hoy día, muchos países del mundo estamos enfrentando, un virus que se llama COVID-19, desconocido antes que se produjera el brote en Wuhan (China) en diciembre del año 2019.

Podemos enfocar este virus desde diferentes escenarios, pero hoy quisiera centrarme en cómo la Iglesia cristiana en los diferentes países, se convierte en un soporte y un agente multiplicador, de las normas sanitarias, tan importantes en el abordaje del COVID-19 como problema de Salud Pública.

 

Lo primero tenemos que comprender es que estas normas  internacionales en la mayoría de países, se hace sólo para proteger a las poblaciones, así como a las congregaciones religiosas, y grupos organizados, y nunca para quitarles la libertad de congregarse que para la mayoría de países es un Derecho.

 

Lo segundo es que existe en los países una Legislación Sanitaria vigente, que tenemos que cumplir toda la población , porque son leyes de cumplimiento obligatorio para contribuir a mejorar la salud de las poblaciones, sobretodo los que están en un mayor riesgo. Las diferentes Iglesias no se quedan por fuera, por el contrario están altamente involucradas, para contribuir a preservar la salud de los que se congregan en ella y sus familias .

Es por ello que nos vamos a la Biblia, quien es el mapa que nos dirige a nosotros como cristianos, y nos encontramos las palabras directas de Jesús nuestro modelo, donde nos dice en          📕Mateo 5: 17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”. 

También se hace mención en 📕 Romanos 13: 1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. 

En ambos versículos queda claro que nosotros como cristianos debemos someternos a estas leyes sanitarias, que no atentan contra la Palabra de Dios en ninguna manera.

Y es en  este el escenario de la *Obediencia*, que es vital para el cumplimiento de las estrategias que nos han establecido, para poder preservar la salud de las personas. 

El obedecer esas medidas sanitarias hace que nosotros mismos protejamos la salud nuestra, y la de los que nos rodean, y esto es en sí lo que entendemos como Salud Pública .

Es aquí donde se ubica la Iglesia de Cristo, como soporte importante y agente multiplicador de las buenas prácticas, tan necesarias para enfrentar este virus tan contagioso a nivel mundial.  Como buenas prácticas tanto en nuestras Iglesias, como en nuestros hogares, nos señalan las Autoridades de Salud el lavarse las manos con agua y jabón, usar un desinfectante a base de alcohol, así como el protocolo de estornudo y de la tos, y mantener la distancia unos de otros, sin usar el saludo acostumbrado de beso, abrazo o tocar las manos, entre otras normas que cada país tiene, mientras que se esté viviendo esta Emergencia Nacional, ya que no podemos comprometer la salud nuestra y la de otras personas.

Cabe destacar que el hecho de guardar esta normativa, y este ordenamiento de nuestras Iglesias, no implica que sea *falta de fe*, o que nos haga sentirnos culpables por estar poniendo estas medidas en práctica aún en nuestras Congregaciones. Tampoco nos podemos tomar la atribución de censurar a algún hermano o hermana que haya enfermado, y atribuirlo a que anda caminando mal espiritualmente, sino por el contrario de darle un seguimiento virtual, ya sea por llamadas telefónicas o whas app con el propósito de animarlo con palabras de apoyo, en la cuarentena que deberán de seguir.

Como cristiana Especialista en Salud Pública, creo en la oración, en la intercesión por las personas, en que el Sacrificio de Jesucristo es suficiente para darnos sanidad de nuestras enfermedades, y que la Sangre de Cristo es suficiente para protegernos del angel de la muerte, así como se hizo con el pueblo de Dios que ponían esa Sangre en los dinteles de las casas como protección y la muerte huía.  

Pero creo que mientras estemos en esta tierra, así como Jesús estuvo y lo hizo, yo tengo que dar un valor agregado al país en que vivo, para ser agente de cambio, y ser luz en medio de la oscuridad, y de tener un corazón de agradecimiento por todo lo que el personal de Salud y otras personas realizan a favor de la población.

Creo que el Señor puede sanar nuestra tierra , si nos humillamos y reconocemos que Dios tiene la solución para el mundo entero, pedir perdón por las leyes que se han aprobado por los Gobernantes en los países en el mundo, contrarias a lo que dice la Palabra de Dios, así como lo dice la Palabra en II Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces, yo oiré desde los cielos , y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”

 MSc Rosa Ma Vargas

Especialista en Salud Publica