!Segura!

Durante esta semana quisiera que reflexionemos acerca de esa seguridad que debemos sentir en nuestro corazón cuando todo se estremece en nuestra vida.

Y comenzaremos reflexionando con la Palabra que se encuentra en:

"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."

Meditemos 

Cuando hablo de estar seguras, me refiero a ese momento donde nos sentimos sin esa preocupación, sin esa ansiedad de que algo malo o negativo nos puede pasar. Y que aunque si nuestra vida fuere estremecida por los vientos contrarios, sabemos que podemos sugetarnos del borde de su manto. 

Dentro de las Escrituras, podemos ver acontecimientos donde Jesús les hace ver a sus discipulos, que tengan paz, que no esten ansiosos y sobre todo, de que él está ahí para socorrerles. No podemos sentir, ni experimentar seguridad si él no esta en nuestra vida, si él no mora en nuestra familia. 

El apostol Pablo padecio, sufrio y experimento en su vida como seguidor de Cristo muchas vicisitudes, situaciones que lo llevaron a decir con seguridad y propiedad que nada lo separaría del Amor de Dios, él estaba totalmente confiado en aquel que lo llamo, lo salvo y hasta el final de sus días pudo decir: "En todas estas cosas, somos mas que vencedores".

La seguridad es estar firme y bien sujeto, es confianza, es certeza, es estar agarradas de uno que no falla y que nos ofrece estar libres de todo peligro. Les pregunto: ¿Cual es el mayor peligro que podemos experimentar? Para mi el mayor de los peligros que podemos experimentar es el descuido, es el alejarnos de su perfecta voluntad, porque eso me hace estar vulnerable ante los dardos y las asechanzas de mi enemigo. De seguro no me sentiría segura sabiendo que me he alejado de mi pronto auxilio, del unico que puede socorrerme. 

Aún así no olvidemos que su misericordia nos alcanza, solo nos toca volver nuestra mirada hacia él y dejarle entra nuevamente en nuestra vida.

Que hermoso es sentirme Segura, llena de su paz y confianza, llena de ese amor que nos hace estar más cerca de su presencia.

Así que mis amadas hermanas, solo en Jesús, el hijo de Dios, podremos sentirnos seguras, segura de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de su Amor. 

Dios te Bendiga!!

Escrito por Vaneliz Vales Para 

Mujeres a los pies de Jesús