De qué nos vale afanarnos tanto!!

¡Dios les bendiga Amadas!

Durante esta semana quisiera que reflexionemos acerca de cuanto nos afanamos, para luego ver, que el resultado

de nuestro afan termina en aflicción de espíritu.

Y comenzaremos reflexionando con la Palabra que se encuentra en:

La Palabra en el libro de Eclesiastes nos lleva a comprender todas aquellas cosas que son aflicción de espíritu. Cosas que al parecer son importantes y tal vez esenciales en nuestro diario vivir, pero que al final de nuestros dias se convierten en un peso, en vanidad y en aflicción a nuestro espíritu. 

¿Que es en realidad lo que provoca que todas estas cosas se conviertan en un peso, en un peso que nos causa aflicción?

Podemos comenzar con lo que nos dice su Palabra en 

1 Corintios 6:12, "Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna."

¿Te has afanado alguna vez por algo que al final no te convenía?, o que ¿pensando que es lícito no has pensado en lo que piensa Dios del asunto?

Esta última expresión debería causar en nuestro ser ese sentir de dejar que sea su Espíritu Santo el que nos ayude a trabajar con nuestro caracter. Y una de las cosas es el ver aflorar en nuestra vida el dominio propio, es el de actuar sabiamente y no dejarnos dominar por esas cosas que parecen, pero que bajo el lente de Dios no son ni de su agrado, ni su voluntad para nuestras vidas. Es por eso que no debemos afanarnos en cosas que no convienen.

¿De que nos vale afanarnos tanto? Cuando decimos esto, es porque le estamos dando más valor a quellas cosas que no son de provecho espirítual para nuestras vidas.

Para el mundo son muchas las cosas que estan permitidas, y que tienen valor, cosas que pueden ser practicadas y para el mundo son normales y no tiene nada malo y tal vez para tus ojos tampoco. Sin embargo las cosas que para el mundo son aceptadas y triviales, para Dios no lo son. Las cosas que para el mundo son pasables, para un Dios celoso no lo son. Y a las cosas que le damos más importancia y prioridad, dejando a un lado el trato de Dios en nuestras vidas te causaran aflicción.

 Es aquí donde debemos poner en una balanza y preguntarnos, ¿A quien quiero agradar?, ¿Con quien quiero ser comparada? ¿Vale la pena afanarme tanto en esto? La sabiduría que nos trasmite la Palabra de Dios en este libro de Eclesiastes es la que Dios quiere que recibamos, la que él quiere que guardemos en nuestro corazón y la pongamos por práctica.

Cuando vamos a su Palabra debemos entender que como creyentes, los que están a nuestro alrededor esperan resultados diferentes ante la desición que tomamos de servir a Dios y ser obediente a su Palabra. Dejar todo en las manos de Dios nos lleva a que el afán por la cosas de este mundo se convierta para nosotras en algo secundario y menos importante, ya que no debe ser parte de nuestra vida. El preocuparnos y hacer tantas cosas para agradar a los hombres nos llevará a esa aflicción de espíritu q nos habla su Palabra.

Así que mis hermanas todas las cosas que podamos hacer debajo del sol, todas aquellas cosas que podamos planificar en nuestra vida, para que no lleguen a causarnos aflicción deben estar primero en el plan de Dios. Recordemos que Dios tiene el control de todas las cosas, y cuando hacemos las cosas fuera de su voluntad nuestro espíritu se entristece, se aflige y se desespera. Ten paz, que aunque si cada día trae su propio afán, El Espíritu Santo nos guiará para que podamos con paso firme y sin aflicción lleguemos a la meta. 

¡De que nos vale afanarnos tanto!, Si nuestra vida esta en sus manos y como dice su Palabra en Romanos 8:28, "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." 

Dios te bendiga! 

Escrito por Vaneliz Vales para