¿ Que te ha estado quitando las fuerzas?

Durante esta semana quisiera que reflexionemos acerca de aquellas cosas que nos han estado quitando esas fuerzas para seguir en esta carrera.

Y comenzaremos reflexionando con la Palabra que se encuentra en:

Isaías 40:29 dice:, "Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas."

Este verso de Isaías nos hace entender claramente que ha nuestra vida llegarán momentos en los cuales nos vamos quedar sin fuerzas para seguir luchando. Pero que a pesar de sentirnos cansadas, el nos dará esfuerzo para seguir caminando. Que van a llegar situaciones que nos van a dejar casi en el suelo, pero si ponemos nuestra esperanza en él, él multiplicará nuestras fuerzas. 

Su Palabra en el Salmos 121:2 nos alienta y nos dice de donde viene nuestro socorro, nuestra ayuda, cuando nos sentimos desmayar. Que podemos sentirnos derribadas, más no destruídas. 

Esto me lleva a comprender que las situaciones que atravesamos en ciertos momentos llegarían. Pero no llegarían para quedarse, ya que el Señor en su Palabra en 

2 Corintios 4:17, "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 

Y que en Mateo 28:20, nos afirma que él estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Todas sus promesas estan ahí, plasmadas en su Palabra y estan ahí para alentarnos a no quedarnos en el suelo, a no seguir derribadas y para que recobremos nuevas fuerzas.

Nuestra vida debe ser dirigida a traves de su Palabra, que es la que nos enseña el camino por el que debemos andar. Su Palabra nos proporciona luz cuando todo se ve obscuro, vida cuando hay muerte, alimento y agua cuando hay hambre y sed y fuerzas cuando nos sentimos desalentadas, débiles y a punto de desmayar. 

Y es así como podremos recobrar esas fuerzas que han sido quitadas, esas fuerzas que han sido tocadas, a traves de su Palabra y su Espiritu Santo.

Quisiera que demos un vistazo a la historia de Sansón. Las fuerzas de Sansón, al igual que las nuestras provenían de Dios. Sus victorias y todo lo que alcanzaba era gracias a su lealtad y obediencia a aquello que Dios había depositado en él. Sin embargo hubo algo que quitó las fuerzas de Sansón, aquellas que le permitían ganar batallas, enfrentar al León y salir victorioso.

Y ese algo fue declarar en que consistía su gran fuerza. ¿Sabes que sucede cuando descuidas aquellas cosas que te mantienen fortalecida en Dios? ¿Puedes reconocer que has perdido las fuerzas? Seguramente no las fuerzas físicas como las tenía Sansón, más sí, las fuerzas que nos mantenían y nos mantienen apegadas al trono de la gracia, las fuerzas que nos mantenían siempre con una sonrisa y una palabra de motivación y esperanza hacía otros.

 Nos sucede como le pasó a Sansón. Nuestro enemigo daría cualquier cosa con el fin que salga de tus labios lo derrotada que te sientes, lo desanimada que estas, lo vulnerable e indefensa que te sientes, para así dominar tu estado emocional y espiritual. Sin embargo, no se lo vamos a permitir. Hemos aprendido demasiado del descuido de Sansón, de su falsa seguridad y tambien de que con lo que Dios nos ha dado y ha depositado en nosotras no se juega.

La respuesta a la pregunta sobre, ¿que te ha estado quitando las fuerzas? La debemos responder cada una de manera personal, meditando y reflexionando, en lo que era y lo que soy hoy. En lo que hacía antes para Dios y para mi fortalecimiento espiritual y que estoy haciendo hoy.

Que estas palabras nos lleven a examinar y a buscar bien, si es que como Sansón hemos sacado miel del cuerpo del León y hemos ocultado la verdad, o hemos mirado para el campamento ajeno. No olvidemos que tu enemigo de muchas maneras tratara de debilitarte y quitar esas fuerzas que te mantienen esperando y resistiendo. 

Así que mis hermanas examinemos nuestra vida, sabiendo que no podemos ocultar para siempre nuestra condición, es necesario que le entreguemos a Dios todas aquellas cosas que nos quitan las fuerzas, y confiemos que nuestro Dios nos dará las fuerzas necesarias para seguir luchando y venciendo. 

Dios te bendiga!!

Escrito por Vaneliz Vales para