Yo sigo hacia la meta

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3.13–14

En algún momento de nuestra vida, muchas de nosotras hemos mirado al pasado, para reconocer cómo la mano poderosa de Dios y su misericordia estuvo con nosotros, también para aprender de los errores cometidos, o tal vez para lamentarnos de aquello que ya no se puede cambiar. 

Es importante que entendamos que lo qué pasó, pasó y no se puede cambiar. Solo nos resta seguir adelante, no podemos quedarnos mirando al pasado, en lo que debí hacer o en lo que no. 

El apóstol Pablo se encontraba en una etapa difícil en su vida, mientras esperaba en la cárcel de Roma, su veredicto final; desde allí escribe esta carta. 

Es interesante ver, cómo el apóstol Pablo, en la situación en la cual se encontraba, pudo pensar en el pasado, en sus errores, en sus fracasos y en lo que faltaba por hacer, sin embargo, su actitud fue el de mirar hacia adelante, mirar a la meta. ¡Aleluya! 

Asimismo nosotras debemos hacer como el apóstol Pablo, olvidamos lo qué pasó, lo que me causó dolor, olvido las heridas, las derrotas, las frustraciones, el yo no puedo, el yo no sé, porque eso no nos deja avanzar en nuestra vida pues nos hace peso. 

Ahora nos toca, seguir adelante, caminar hacia la meta que es Cristo, ir en pos de El, hasta encontrarnos cara a cara con nuestro Señor y Salvador. ¡Oh, Gloria a Dios! 

En este mundo tendremos aflicción, angustia, dolor, tristezas, preocupaciones, pero nos esperan calles de oro y mar de cristal, allá no habrá llanto, ni tristeza, ni malas noticias, pues estaremos con nuestro Dios, adorando su nombre. Así que, ya no quiero pasar mis días viendo hacia atrás, No, ya no más.

 Ahora mis días serán en proseguir a la meta, en ser mejor persona, mejor madre, esposa, hija y mejor cristiana. Ahora me voy a enfocar en quitar de mi vida, todo lo que haga peso, todo lo que me impida seguir hacia adelante y encontrarme con mi amado Jesús. 

Oremos: Señor, permite que yo mire al pasado solo para darte gracias por tu misericordia hacia mi vida. Que pueda superar todo sentimiento de tristeza o frustración que haya causado en mí. Ayúdame y dame fuerzas para seguir adelante, porque quiero verte mi Jesús. Gracias Dios, Amén.

Dios te Bendiga!!

Escrito por Sylvia Rivera para