Confianza, un reflejo de nuestra fe

Durante esta semana quisiera que reflexionemos acerca de la confianza. De esa esperanza firme en nuestro Salvador Jesucristo.

"Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."

¿Pueden los que están a mi alrededor distinguir, en quien está puesta mi confianza?

Los tiempos han distorsionado nuestra fe, tal parece que la expresión: "los tiempos han cambiado", han cambiado tambien el rumbo de nuestra fe, y este mundo ha llevado a que nuestra confianza sea según nuestra conveniencia, a que nuestra confianza dependa solo del: "Yo confío si tu confías".

Y si mi confianza es el reflejo de mi fe, se supone que los demás deben ver reflejada en mi persona y saber en quien yo he creído, darse cuenta en quien yo he puesto mi esperanza en medio del momento difícil.

Cuando usted y yo nos mantenemos firmes en lo que hemos creído, cuando nos mantenemos firmes en lo que nos han enseñado conforme a las Escrituras y hemos actuado conforme a ellas, estamos viviendo en una plena confianza en él. Y cuando esa confianza no la mueve nada, ni nadie, ni los tiempos, ni las circunstancias, estamos diciendole al mundo como dice en 1Juan 5:4, "Está victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe."

Les pregunto: ¿Que es lo que usted y yo estamos esperando ver?, ¿Que es lo que estas esperando que suceda en tu familia, en tu hogar, en tu vida? Se supone que estamos esperando un avivamiento, que estamos esperando ver un mover poderoso, un mover que comience en cada una de nosotras y termine arropando nuestra familia.

Que ese sea el reflejo de nuestra fe, la confianza de que Dios lo hará.

De esta manera nos podemos preguntar: ¿Que era lo que provocaba la fe puesta en Jesús, cuando las multitudes se acercaban a él? Las multitudes lo podían escuchar y lo podian ver fisicamente, podían tocarlo y sentir caundo él les tocaba, les sanaba y les libertaba.

La fe de aquella multitud se basaba en lo que podían ver, sin embargo eran sanados y libertados porque habían puesto en ese momento su confianza en Jesús, en aquel que verdaderamente obraba todo tipo de milagros y prodigios.

Ellos en ese momento tenían una esperanza firme en alguien que no conocían, cuanto más nosotras debemos tener esa esperanza firme en aquel que conocemos, en aquel que nos a visitado.

Que podamos conocerle cada día más con el fin de que su Palabra sea nuestro espejo donde podamos reflejarnos en ella y no ser un reflejo del mundo, andando en la ambivalencia de sus emociones.

Jesús en este verso le estaba diciendo a sus fieles seguidores: "la esperanza firme que ustedes deben tener, es que si yo vencí, ustedes tambien vencerán". En otras palabras, Tengan confianza porque si ustedes han sido mi reflejo, ustedes tambien harán las cosas que yo he hecho y aún mayores.

¡Así que mis hermanas, pongamos nuestra fe, pongamos lo que hemos creído, pon tus experiencias con el Señor delante de tí, y ponlo en balanza ante todo aquello que el mundo te ha ofrecido. Y verás que ese reflejo de tu confianza en Dios te ha llevado a vencer. Asi que confía que él venció toda adversidad, confía que él venció toda escacez, confía que él venció toda oposición, confía que él, tu Dios, ha vencido, por tanto somos más que vencedores en Cristo Jesús nuestro Señor.

No olvidemos que cuando actuamos con confianza los demás pueden ver en tí reflejada la fe que ha vencido al mundo.

Dios te Bendiga!!

Escrito por Vaneliz Vales para